lunes, 26 de marzo de 2018

Johannes Ockeghem (1410-1497)













(Saint-Ghislain, Bélgica, h. 1410 - Tours, Francia, 6 de febrero de 1497)








 Prenez sur moy (Rondeau en canon)





Localización de Saint-Ghislain en la región belga de Valonia





     Johannes Ockeghem fue el principal compositor de la segunda generación de la escuela francoflamenca y uno de los más influyentes y respetados músicos de su época (sirvió a tres reyes de Francia sucesivamente: Carlos VII, Luis XI y Carlos VIII).

     El Renacimiento se puede subdividir en:

     •Primera generación: las escuelas inglesa y borgoñona (1410-1450)
     •La segunda generación franco-flamenca (1450-1480)
     •La tercera generación franco-flamenca: el estilo internacional (1480-1520)
     •La cuarta generación (1520-1550)
     •La quinta generación (1550-1600)

     Ockeghem Nace en la aldea de Saint-Ghislain, en la provincia belga de Hainaut y, por aquel entonces, perteneciente al ducado de Borgoña; se desconoce la fecha exacta de su nacimiento, estableciéndola entre 1410 y 1420, la fecha más temprana se sostiene con la teoría de que Ockeghem ya conocía al compositor Gilles Binchois (1400-1460) antes de que éste se mudara de Mons a Lille en 1423. Ockeghem debería haber tenido menos de 15 años en ese momento. Esta particular especulación se deriva de la referencia de Ockeghem, en el lamento que escribió sobre la muerte de Binchois en 1460, en este lamento, Ockeghem no solo honró al compositor más viejo al imitar su estilo, sino que también reveló información biográfica útil sobre él mismo.


 Johannes Ockeghem - Déploration sur la mort de Binchois





     Iniciaría su carrera musical como niño del coro de la Catedral de Nuestra Señora en Amberes.  Probablemente cantó bajo la dirección de Johannes Pullois (✝1478) Aunque se piensa que su aprendizaje musical comienza en Mons, una ciudad cercana a Saint-Ghislain que tenía al menos dos iglesias con escuelas de música, allí  conocería a Binchois. En la catedral de Amberes llega a convertirse en Chantre (maestro del coro) entre 1443 y 1444, siendo este el primer dato fidedigno.


En la catedral de Amberes se encuentra el primer documento real que se tiene de Johannes Ockeghem donde consta que fue empleado como cantante en junio de 1443





     Entre 1446 y 1448, Ockeghem sirvió, junto con el cantante y compositor Jean Cousin , en la corte de Carlos I, duque de Borbón en Moulins (Francia). En torno a 1452 se trasladó a París donde sirvió como maestro de capilla en la corte francesa con Carlos VII y con Luis XI. Prueba de la estima en que los monarcas tenían a Ockeghem son los cargos que ocupó bajo su protección, entre 1456 y 1459 fue tesorero de la catedral de saint Martín en Tours, los reyes de Francia eran abades hereditarios de dicho templo. En 1464 era maestro del coro de la capilla real, ese mismo año se encuentra con Dufay en Cambrai, de quien posiblemente recibiera clases. Johannes Ockeghem también ocupó puestos de responsabilidad en Notre Dame (París) y en saint Benoît. Por asuntos diplomáticos, Ockeghem viajó a veces fuera de Francia, aunque no viajo a Italia como era costumbre de sus colegas contemporáneos, se sabe que viajó a España en enero de 1470 como parte de una misión diplomática para el Rey, que era un asunto complejo que intentaba disuadir a España de unirse a una alianza con Inglaterra y Borgoña contra Francia, y arreglar un matrimonio entre Isabel I de Castilla y Carlos, duque de Guyenne (el hermano del rey Luis XI). No se sabe mucho sobre la vida de Ockeghem después de la muerte de Luis XI en 1483, salvo que estuvo en Brujas y en Tours donde probablemente murió ya que fue allí donde se encontró su testamento.



Localización de Tours dentro de Francia


     Ockeghem pasó la mayor parte de su vida activa en Tours (Francia) y desde allí se desplazaba para realizar los cometidos que le eran propios de su puesto de cantor. Los cantantes de la época de Ockeghem eran contratados obviamente por su voz (la de bajo de Ockeghem era prodigiosa) y por su habilidad para componer alguna música si fuera menester. Ockeghem poseía cierta “habilidad” para estos menesteres aunque a la hora de componer era bastante favorable a su propia voz. Tinctoris, que admiraba el timbre de Ockeghem, pensaba de él que era el mejor compositor de su generación. La falta de noticias sobre sus últimos años sugieren que se retiró al final de su vida debido a su avanzada edad. A su muerte, poetas como Guillaume Cretin, Jean Molinet y Erasmo escribieron odas de lamento, y Josquin des Prés y Johannes Lupi pusieron música a los dos primeros de estos poemas. Busnois, alumno del venerable maestro, le había dedicado en vida el motete In hydraulis. Todas estas señas de alabanza hacia la figura de Ockeghem permiten observar la gran consideración que se tuvo en la época a un compositor que cimentaría las bases de la polifonía y del contrapunto en la música occidental, marcando a músicos como Busnois, Compère, Brumel y Verbonnet.



 Déo Grátias (Canon a 36 voces) 

     
«Deo gratias es un ejemplo de canon utilizado con fines expresivos. En él, Ockeghem pretende representar los coros celestiales, de acuerdo con su iconografía: se supone que son coros que cantan de forma perpetua y unánime en alabanza de Dios, «alter ad alterum» (los unos a los otros), rodeando a la Sagrada Familia, respetando las jerarquías, y moviendo las alas. Para ello eligió la forma de canon circular donde cada voz canta la misma melodía que vuelve a repetirse indefinidamente cada vez que llega al final. La letra, Deo gratias, es una alabanza a Dios y las consonantes de «gratias», sirven para emular el frufrú de las alas de los ángeles. Por último, el canon se compone de cuatro coros distintos que se van alternando, con 9 voces cada uno (tantas como jerarquías celestiales) y situados en un círculo. Esto nos da un canon con una friolera de 36 voces, un puzzle imposible de encajar, de no ser por su sencillísima estructura armónica. De hecho, más que una composición propiamente dicha (con cierta forma, cierto clímax, cierta narración propia), se trata de una propuesta de sonoridad: ni siquiera tiene final, o un hilo conductor claro, funciona más bien como una textura».

                          Almudena M. Castro



     El talento de Ockeghem para la música es palpable y le hace ser uno de los más grandes compositores de la historia de la música, las voces se mueven con muchísima independencia y siempre en un sentido horizontal, pero sin un predominio del cantus (la parte más aguda). La música sacra de Ockeghem ilustra fielmente las concepciones teológicas del momento que le tocó vivir. De las misas compuestas por Ockeghem, una treintena se conservan en el Codex Chigi, un manuscrito flamenco hecho hacia el año 1500.



Comienzo del Códice Chigi con el Kyrie de la Missa Ecce ancilla Domini de Ockeghem



 Ockeghem escribió la Missa cuiusvis toni sin colocar ninguna clave, por lo que esta puede cantarse en cualquier tono como su nombre indica. Su Missa pro defunctis es el réquiem polifónico más antiguo que se conoce.





 Credo de la Missa Ecce Ancilla Domini ( He aquí la esclava del Señor)